martes, 23 de noviembre de 2010

SENSACIONES EN BORA BORA




Aeropuerto de Bora Bora
Es difícil explicar que se siente cuando aterrizas en el aeropuerto de Papeete, en Tahití, después de 23 largas horas de vuelo. Cuando llevas tiempo soñando con un viaje, cuando consigues realizar dicho sueño, cuando estás en el proceso de realizar las maletas, cuando llega el momento de la facturación en el aeropuerto de salida. Son sensaciones para vivirlas.

Cuando, como dije antes, llegas a Papeete te espera un espectáculo de flores, olores, colores, unas gentes que te reciben con una amabilidad inusitada. Pero aún no has llegado a Bora Bora, debes coger un avión doméstico que te llevará al paraíso.

Ya desde el aire comienzas a divisar sus pequeñas islas, rodeadas de motus, con  lagunas que abarcan toda la paleta de colores de los verdes y azules. Azul tusquesa, verde esmeralda y un sin fin de verdes y azules que no sabías ni que existían.

Bora Bora
Pero cuando aterrizas en Bora Bora te olvidas de las largas horas de avión, del cansancio, del sueño, de repente te transportas al paraíso. Por algo la llaman la perla del pacífico. Doy fe, de que  cualquier descripción que se de de ella no le hará justicia. Por un momento entendí el motín a bordo del Bounty.
  
De verdad que realizar el viaje de tus sueños tiene recompensa, desde el principio hasta el final,

ya lo dijo Paulo Coelho "la posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante"

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